jueves, 13 de junio de 2013

Exilio

Stalin comienza a cuestionar la figura de Trotsky haciéndolo parecer como un traidor a la Revolución. En el exilio Trotsky empieza su propaganda antiestalinista, sin ahorrarse críticas contra su antiguo compañero de Comité.
Con Trotsky en Noruega y los procesos de Moscú pisándole los talones, Diego Rivera (militante trotskista en esa época) y Octavio Fernandez Vilchis, gestionaron ante el presidente Lázaro Cárdenas el asilo del revolucionario soviético. La deportación de Trotsky a Moscú ya casi era un hecho, y no había gobierno en el mundo que quisiera recibirlo.
Con el estallido de la Guerra Civil Española, Trotsky y su mujer Natalia se embarcaron en un buque noruego rumbo a México. Allí lo esperaba una comisión de la que formaba parte Frida Kahlo, esposa de Diego Rivera. Trotsky y su mujer llegaron a la Ciudad de México en tren. La policía secreta de Stalin, estaba siguiéndole los pasos.
Una vez en México, Frida Kahlo y Diego Rivera le ofrecieron a Trotsky y a su esposa la Casa Azul. Vivieron en esa casa durante más de dos años, hasta la ruptura de relaciones entre el líder Revolucionario y la familia Rivera por cuestiones ideológicas.
Trotsky y su mujer se mudaron a tres cuadras de la casa Azul, rentaron una casa en las orillas del río Churubusco. Allí mandaron a construir torres de vigilancia y una casa para los guardias en el mismo jardín.
En esta casa es donde Trotsky sufriría dos atentados, uno de los cuales le provocó la muerte.

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