Blog de Bianca Gnagni, Pilar Mouhape y Juana Menna
jueves, 13 de junio de 2013
Importancia en su país
Trotsky se destacó como revolucionario en todas las tareas que
asumió en la Rusia de los soviets: como militar, construyendo el
Ejército Rojo que derrotó a los 14 ejércitos imperialistas que
intentaron impedir la consolidación del estado obrero revolucionario. También realizó importantes aportes en el terreno político y diplomático así como en el campo económico.
Como periodista e historiador, fue reconocido -incluso por sus enemigos- como uno de los más grandes escritores políticos del siglo. Se destacaron sus aportes en el terreno del arte y la cultura.
Como periodista e historiador, fue reconocido -incluso por sus enemigos- como uno de los más grandes escritores políticos del siglo. Se destacaron sus aportes en el terreno del arte y la cultura.
Asesinato
Stalin había dado orden de asesinar a Trotsky y Jotov, encargado de las operaciones contra éste en México, se valió de dos comunistas españoles, Caridad y Ramón Mercader, para llevar a cabo el plan.
Aunque la casa en la que vivía estaba fuertemente custodiada, Ramón Mercader lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpetrar el magnicidio. Con el pretexto de que leyera un escrito suyo se acercó a Trotsky y mientras este leía le clavó salvajemente un piolet en la cabeza. El grito de Trotsky se escuchó como un estruendo en toda la casa, acudiendo rápidamente sus custodios pero no se pudo hacer nada. León Trotsky moriría un día más tarde en un hospital de la Cruz Verde. Cabe señalar que a sus velorio, asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces contaba con unos cuatro millones de habitantes.
Su tumba en la ciudad de México.
Aunque la casa en la que vivía estaba fuertemente custodiada, Ramón Mercader lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpetrar el magnicidio. Con el pretexto de que leyera un escrito suyo se acercó a Trotsky y mientras este leía le clavó salvajemente un piolet en la cabeza. El grito de Trotsky se escuchó como un estruendo en toda la casa, acudiendo rápidamente sus custodios pero no se pudo hacer nada. León Trotsky moriría un día más tarde en un hospital de la Cruz Verde. Cabe señalar que a sus velorio, asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces contaba con unos cuatro millones de habitantes.
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